Amor en tiempos de estrés

Lunes, te despiertas sólo porque suena la alarma (¿la tuya o la de tu amor?), de quien sea, de cualquier forma ya te despertó y comienzas con la rutina de siempre; si eres de las suertudas  o de los suertudos que le da chance de hacer un poco de ejercicio, pues te animas un poco más para el inicio del día; si no tienes ese bendito privilegio, simplemente dejas la cama de un brinco porque esos 5 minutitos más se convirtieron en 20 y ya vas muy tarde.

Mientras te corre el agua caliente por todo tu cuerpo y rostro aún somnoliento, llegan esos pensamientos diarios tipo "no quiero ir a trabajar...¿por qué nací pobre?...no planché mi camisa anoche..." (sí, así de dramático) pero mientras te arreglas, tu amor se te adelantó y te planchó la camisa que le habías dicho ayer que probablemente te pondrías con el pantalón que te acompañó a comprar el fin de semana pasado, por lo que te da un par de minutos para preparar la fruta del desayuno para ambos. Después de todo, las mañanas no son tan pesadas cuando las compartes con tu pareja mientras ambos andan apurados en calzones y sonríes por ese momento que no tenían cuando aún vivías con tus papás y compartías cuarto con tu hermana o hermano...o tal vez con nadie.

Con prisas y el cabello aún húmedo, ambos salen hacia la ruta para sus respectivos trabajos. Llega el punto en donde ambos tienen que separarse, se despiden con un beso rápido pero tierno, con un sólo objetivo en esos momentos: checar sin causar retardo. Por fin llegas, te sientas frente al monitor, ya con tu cafecito preparado para comenzar a organizar pendientes que, por cierto, nunca se acaban (ni se acabarán) ¿y luego? pues nada, que pasas 9 o 10 hrs en otro mundo pero sabiendo que espiritualmente sigues compartiendo uno donde sólo es de dos, donde sigues su rastro de a ratos o en la hora de comida; más que ratos, son flashazos de segundos de pequeñas muestras de amor.

Pero ¿y qué pasa cuando el día laboral concluye y ambos llegan a casa?

Cansados, del trabajo, de la gente, del transporte, del tráfico, del jefe, de todo...llegan a casa ambos, con sueño, pero sabes que esa persona va a estar ahí, tal vez sólo para platicar una hora en lo que preparan la cena o recogen lo que se quedó en la mañana, pero están juntos. 

Por supuesto que no todos los lunes son así, unos vienen con lluvia y tonos grises, otros de mucho calor, mucha energía y muchos besos de buenos días; otras veces son lunes de puente y pueden quedarse en la cama hasta las 10 am viendo Netflix o simplemente dándose mucho amor para después ir a algún lado a desayunar sin mirar el reloj.

Dicen que los odiados lunes son realmente una oportunidad para empezar de nuevo, para adoptar un actitud positiva, y que si quieres hacer de algo un hábito, lo empieces en lunes. Ciertamente yo soy fiel creyente de esta idea y simplemente ¡porque me ha funcionado! Sí, claro que he tenido lunes de mierda donde he llegado llorando diciendo que estoy harta de todo, pero la diferencia es que centro mi atención en la persona que está ahí escuchándome aunque él haya tenido un día más mierda que el mío. Sin embargo, está ahí, a mi lado, me escucha y me dice ¡ya, levántate y vamos a cenar que mañana es otro día! Y tiene razón, mañana es martes, o miércoles, puede que sea jueves o viernes o simplemente fin de semana, pero un día donde tendrás que enfrentar miedos, retos y hasta demonios internos; sin embargo, te da más valor enfrentándolos con la mejor compañía, pero la mejor compañía para ti, no para tu familia, ni tus amigos, ni la sociedad entera ¡para ti y tú para esa persona!

La vida laboral en México puede ser una tortura, por el horario, los sueldos, la corrupción, la ineptitud...por lo que quieras, pero estoy segura que se hace más llevadera cuando eres feliz y te quieres un montón, cuando te avientas aunque sabes que está muy profundo y no sabes nadar, cuando aprendes a reírte de tus caídas y levantarte de nuevo; porque cuando todo eso pasa, sueles encontrarte con gente con mucha luz, tal vez diferente a la tuya pero igual de radiante. Y eso, queridos lectores, ni el peor trabajo, ni el estilo de vida más complicado, lo podría apagar.

:)

La imagen puede contener: texto
Y así pasa a veces. Dibujín de happyhandra


Comentarios

Entradas populares de este blog

Yo Soy Yoga - Reseña

Reseña "Ella trae la lluvia"

El contador de cuentos - Reseña